Fuente de piedra
Se puede constatar que está fechada en la época de Carlos IV, cuya inscripción, tallada en la misma dice: “Reinando Carlos III año 1702; siendo alcalde Celestino Fernandes; esta obra seyzo a expensas de propios”. Consta de un cuerpo central con cuatro cañas de piedra muy clara, que desde muy antiguo canalizan el agua de un manantial subterráneo natural que, partiendo desde la Arena Alta cruza buena parte del trazado de la población. Hasta mediados de los años 50 fue la única fuente de la que se suministraba el pueblo, así como varios vecinos de los pueblos limítrofes.
En la actualidad sólo se conserva esta parte rodeada de un pilón que recoge las aguas. Antiguamente existió un pilón de grandes dimensiones, con un tramo que servía de abrevadero para animales y otro de lavadero.
Iglesia de San Juan Bautista
Del cuerpo de la Iglesia, bajo la advocación de San Juan Bautista, no se conserva nada antiguo, excepto la torre. Debido a su mal estado, y sin valor histórico alguno, su interior por haber sido quedado y destruido durante nuestra Guerra Civil, fue derribada en 1972, construyéndose en el mismo lugar la Iglesia actual, de ladrillo visto, de una nave y estilo funcional, con bellos vitrales, que representan a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo y otro, el más extenso, frente al altar mayor, que representa la Santa Cena. Una imagen de Jesús con la Cruz a cuestas es de Malagón; las imágenes, en madera, en el altar mayor, son de José del Toro.
La torre de la Iglesia de factura mudéjar data del año 1788. Se trata de una construcción de ladrillos, configurada en tres tramos, con dos huecos para las campanas y un reloj en el último cuerpo. Se cubre con un capitel de pizarra negra y un alcuzón de plomo. En una de las fachadas de la torre, en una placa de mármol, se lee una inscripción que dice: “Cura Propio D. Soriano. Año 1788”.
Una de las campanas de nombre “Santa María” parece ser obra de Rebollar. La otra tiene una inscripción que dice: “Sea por siempre bendito y alabado el corazón de Jesús sacramentado”.
El reloj, reparado totalmente en 1985, procede del famoso relojero Canseco y se compró el 6 de diciembre de 1887 por 2.073 pesetas. Sus relojes alcanzaron fama y reputación, siendo obras suyas el reloj de la Catedral de Madrid, el del Palacio de Oriente, el de El Escorial y el del Hospital Gómez Ulla. De la antigua Iglesia también se conserva la pila bautismal: pieza labrada en granito con gallones que data de 1603.